Recorrías las calles,
A todas horas, hablando de filosofía.
Así que hoy anduviste solo,
Deteniéndote en ocasiones
Para cambiar sitio
Con tu compañero imaginario,
Y discutir de nuevo contigo mismo
Las teorías de apariencia:
El mundo que vemos en nuestras cabezas
Y el mundo que vemos a diario,
Cuán difícil distinguir uno de otro
Cuando la pena y el dolor nos abaten.
Ustedes dos se dejan llevar tanto por las divagaciones
Que con frecuencia se encuentran perdidos,
En barrios calientes, en medio de tipos nada amigables,
En barrios calientes, en medio de tipos nada amigables,
Teniendo que preguntar por direcciones,
Justo cuando están a punto de alcanzar
El entendimiento supremo,
Repitiendo la pregunta
A una anciana o a un niño
Quienes quizás son sordo mudos.
¿Cuál fue ese fragmento de Heráclito
Que tratabas de recordar
Cuando pisaste el gato del carnicero?
Mientras tanto, te extraviaste
Entre el nuevo zapato negro de alguien
Abandonado en la esquina
Y el súbito terror y la euforia que te vino
Al ver de frente esa chica
acicalada para ir a bailar
que aceleraba con sus patines.