miércoles, 2 de enero de 2008

Roberto Bolaño pregunta por Frank O´Hara en una sesión de espiritismo

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Lamento mucho la pérdida de mi grabación de Joe Brainard leyendo I Remember que, para quienes no lo saben, influye directamente en los Je me Souviens de George Perec y ambos en Un Paseo por la literatura de Bolaño. Pues bien, Joe Brainard con su delicada voz, tan delicada que uno se lo imagina con pintalabios, dice:
I remember the first time I met Fra
nk O’Hara. He was walking down Second Avenue. It was a cool early Spring evening but he was wearing only a white shirt with the sleeves rolled up to his elbows. And blue jeans. And moccasins. I remember that he seemed very sissy to me. Very theatrical. Decadent. I remember that I liked him instantly.

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El otro día estaba viendo en You Tube un recital del poeta Amiri Baraka en la universidad de Berkeley, durante un programa denominado Lunch Poems, nombre tomado a partir del mítico libro de Frank O´Hara. Antes de empezar con sus poemas, Amiri Baraka, habló de su amistad con el poeta y de sus cameos en ese libro y cómo el estuvo ahí, pero con otro nombre, ya que entonces se llamaba Leroi Jones, cuando O´Hara concibió el nombre de su nuevo movimiento, Personalism, en una cafetería neoyorkina donde almorzaban juntos.

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Como bien se sabe, el movimiento Personalism fue producido, dirigido y escrito y protagonizado por el mismo Frank O´ Hara
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Este es el video de Amiri Baraka



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He estado leyendo los poemas de Roberto Bolaño incluidos en La Universidad Desconocida.
Una de las sorpresas más gratas del libro, son algunos poemas que recuerdan el titubeante estilo de Frank O´Hara, el cual muchos poetas gringos y no gringos han venido copiando. Un estilo que ha hecho escuela y que consiste en escribir un poema como si estuvieras hablando con un amigo en un bar o por teléfono. Esto de seguro, suena idiota. Ahora bien, al leer un poema de Frank O´Hara nos damos cuenta de que efectivamente eso es lo que hace. Si eso lo escribo yo, suena insípido y vago, como agitar una botella de Coca Cola con las dos manos sin que ocurra nada. Pero cuando lo escribe O´Hara se trata de Champagne y salta el corcho y todo el mundo contento con su copa llena, es como cuando uno se queda fascinado por horas ante una instalación o una pintura de un museo que no comprende, al punto de que tiene que venir una señora y tocarnos el hombro para decirnos que es hora de cerrar.

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Hay quienes dicen que el logro de O´Hara radica en introducir por primera vez la estética gay
en un poema. O lo que decía Ashberry que iluminaría todo esto, pero que lamentablemente he olvidado. Lo siento mucho.

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Foto de Bolaño con su padre.

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Primer poema de Bolaño
que me recuerda a O´Hara.

Vete al infierno, Roberto, y recuerda
que ya nunca más
volverás a metérselo
Tenía un olor peculiar
Largas piernas pecosas
Cabellera caoba y bonita ropa
En realidad poco es lo que recuerdo ahora
Me amó para siempre
Me hundió

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Uno más.

El Dinero

Trabajé 16 horas en el camping y a las 8
de la mañana tenía 2.200 pesetas pese a ganar
2.400 no sé qué hice con las otras 200
supongo que comí y bebí cervezas y café con
leche en el bar de Pepe García dentro del
camping y llovió la noche del domingo y toda
la mañana del lunes y a las 10 fui donde
Javier Lentini y cobré 2.500 pesetas por una
antología de poesía joven mexicana que
aparecerá en una revista y ya tenía más de
4.000 pesetas y decidí comprar un par de
cintas vírgenes para grabar a Cecil Taylor
Azimuth Dizzie Gillespie Charli Mingus
y comerme un buen bistec de cerdo
con tomate y cebolla y huevos fritos y escribir
este poema o esta nota que es como un pulmón
o una boca transitoria que dice que estoy
feliz porque hace mucho que no tenía
tanto dinero en los bolsillos


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El que sigue a continuación tiene hasta un epígrafe de Frank O´Hara.

es agradable poder aferrarse a algo simple y real como echar a alguien de menos
Frank O´Hara

Escucho a Barney Kessel
y fumo fumo fumo y tomo té
e intento prepararme unas tostadas
con mantequillas y mermelada
pero descubro que no tengo pan y
ya son las doce y media de la noche
y lo único que hay para comer
es una botella casi llena
con caldo de pollo comprado por la
mañana y cinco huevos y un poco
de moscatel y Barney Kessel toca
la guitarra arrinconado entre la
espada y un enchufe abierto
creo que haré consomé y
después me meteré en la cama
a releer La Invención de Morel
y a pensar en una muchacha rubia
hasta que me quede dormido y
me ponga a soñar.

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Imagino que durante la redacción de esos poemas, Bolaño de seguro tenía los libros de O´Hara abiertos en su mesa de trabajo. Lo bueno de la edición de La Universidad Desconocida, es que tiene una bibliografía donde se puede rastrear las fechas en que se publicaron los poemas. De acuerdo a esto, los poemas fueron publicados entre 1994 y 1995 en revistas y libros enviados a concursar. Permitáseme divagar un poco. Hace un tiempo compré una traducción de poemas de Charles Simic en Mateca, publicados por DVD poesía. Es el único libro que tengo en mis estantes de esa extraña colección en español. Recuerdo que leyendo el catálogo que está en una de las solapas, se refieren a la edición de los Lunch Poems de Frank O´Hara, traducidos como Poemas a la hora de comer. Si el libro de Charles Simic es de finales de los noventa, puede que para esos años Roberto Bolaño haya tenido la edición de DVD poesía de los poemas de O´Hara. Puede ser. ¿Vendría el epígrafe de esa edición? No sé. De repente todo gira en sentido contrario, ya que las crudas referencias de los poemas hacen pensar en un periodo anterior de la vida de Bolaño que no tiene que ver nada con los noventa. Por lo que descartemos lo del libro y pensemos más bien que Bolaño tuvo un encuentro de tercer tipo en una sesión espiritista con Frank O´Hara.

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Esto es todo.

Nota 5 de enero
Giselle me cuenta de la muerte de Mike Goldberg, pintor norteamericano, amigo de Frank O´Hara. En el poema Why I am not a painter, Frank O´Hara se refiere directamente a este. También leo que Gregory Corso escribió el poema Marriage pensando en Mike Goldberg y
Patsy Southgate. Darle un vistazo en el blog de Ron Silliman al poema y a la pintura de Mike Goldberg que lo inspiró.