martes, 11 de marzo de 2008

Enrique Vila - Matas en la XI Feria del Libro de Santo Domingo

¿Qué ha pasado este año con los invitados para la Feria del Libro? ¿Dónde está la lista? Es más, ¿dónde están los rumores? ¿Los chismes? ¿Las expectativas? Sólo he escuchado un rumor, sentado la otra noche, en el Palacio de la Esquizofrenia, alguien en una mesa dijo que Enrique Vila - Matas venía para la feria del libro. Traté de precisar de la mesa de donde provenía la afortunada noticia, pero me fue imposible. No me iba a poner a preguntar mesa por mesa en ese café donde han hablado tanta mierda sobre mí.

¿Enrique Vila - Matas va a venir o no va a venir? Debiera venir. Pensemos en la manera que sus libros han fortalecido el turismo en ciudades como París, Barcelona y Veracruz. Con su presencia en Santo Domingo, por lo menos podríamos sacar una mención de Santo Domingo en uno de sus artículos en el periódico El País.

Apenas quedan cuarenta y tantos días para la próxima Feria del Libro de Santo Domingo que va a tener como invitado de honor a la Asociación de Estados del Caribe. En la página de la Feria del Libro no dice nada de los invitados. En los periódicos no han dicho nada. Jimmy Hungría que está siempre informado, no ha dicho nada. Antes de ayer, hablando con una amiga, esta me cuenta que entre ella y unos amigos atrincheraron a Basilio Belliard en la librería Cuesta, preguntándole al respecto. Este dijo que se trataba de un secreto. ¿Un secreto? Pues, se da el caso que el último libro de Enrique Vila - Matas se llama El Secreto del Mal, perdón, ese es el libro póstumo de Roberto Bolaño, el de Enrique Vila Matas, se llama Exploradores del Abismo, pero sea como sea, esta confusión pudiera aumentar las posibilidades de que los funcionarios de Cultura piensen en traer al autor catalán. Crucemos los dedos.

También me pregunto si van a traer a Junot Díaz quien dijo en una entrevista en el periódico que está dispuesto a venir y que tan sólo espera una invitación formal. O si van a traer a los Nobeles caribeños: Naipaul o Walcott. O a Patrick Chamoiseau o a la misma Edwidge Danticat.

Mientras tanto aguardemos, fantaseando en que para la Feria van a sobrevolar aviones y bombardearán a los transeuntes con buenos libros. Sobre todo de poesía. Y libros de cuentos. Y una que otra novela corta que no le destroce el cráneo a nadie.