Blue Velvet de David Lynch (4)
En la cinemateca había como veinticinco personas. La piedra seguía en el mismo sitio. Mi novia, en un momento, vio una rata corriendo entre los asientos, por lo que levantó las piernas sobre el asiento delantero. A la salida, vimos que el carro parqueado a nuestra derecha tenía destrozado uno de los cristales izquierdos. Se veían los cristales esparcidos en el suelo y una gorra. Uno de los vigilantes dijo que el vándalo se había echado a correr tan pronto se activó la alarma.