miércoles, 28 de febrero de 2007

Helados que el tiempo derritió

En los últimos días he estado leyendo el libro Helados que el tiempo derritió de la autoría de Jimmy Hungría. Se trata de una recopilación de los artículos que Jimmy Hungría publicó en la revista Vetas, el suplemento Biblioteca y otros medios, entre 1994 y 2003. Helados que el tiempo derritió toma su nombre de un artículo publicado en septiembre de 2002. Entre las páginas 122 y 123 se lee: "En estos días me ha dado por recordar los helados que me gustaban en mi años de infancia, como los Imperiales, en la calle Hostos, entre El Conde y Arzobispo Nouel, Capri, en la Azorbispo Nouel entre Palo Hincado y Espaillat (y después también en el Malecón, entre 19 de marzo y Sánchez), Cremita, en la Independencia esquina Las Carreras, Manresa, que hacían los jesuitas en Manresa Loyola (en el trece de Haina) y Frigor, que tenía una guaguita o camioncito que recorría la ciudad con un altoparlante tocando la canción Do Re Mi de la película La novicia rebelde".

El libro está compuesto de artículos, crónicas, sueños, reseñas de libros, de conciertos, entrevistas, cartas, propuestas, controversias, catálogos, chismes, denuncias, percepciones, opiniones, notas al margen. Jimmy escribe sobre cocina con la misma facilidad con que escribe sobre los libros de Lewis Carrol y Julio Cortázar. Jimmy proponía una cinemateca en Santo Domingo antes de que pusieran la cinemateca que tenemos hoy. Jimmy habla de cine, de jazz, de los Beatles, de los Beatniks, de viajes, de lugares, de gestores culturales, de libros, de escritores, de no escritores, de calles, de política, de arte, de cultura. Sobre todo de cultura. Lo interesante de Helados que el tiempo derritió es que se puede leer como si se tratara de un blog. Esto quiere decir que se pueden leer los artículos con independencia del conjunto, aunque si se lee de principio a fin, como si se tratara de una novela decimonónica, por supuesto que hay una secuencia de hechos y de reflexiones que mantienen una simetría misteriosa y que nos sitúa en un espacio determinado. También la precisión y las referencias de cada artículo de Jimmy Hungría funcionan como links que nos abocan a artículos de otras personas y a fuentes que van más allá de las bibliográficas.

Jimmy Hungría es uno de los mejores cronistas y entrevistadores dominicanos. Jimmy Hungría es una enciclopedia humana, aunque ya que las enciclopedias pasaron de moda, dígamos más bien que Jimmy Hungría es un prototipo de Google. Por ejemplo, el día de la presentación del libro, Giselle le preguntó por el nombre de una persona y Jimmy Hungría le dio el nombre con los dos apellidos, la dirección y el número de teléfono, el nombre de ambos progenitores y una ligera biografía.

Estoy seguro de que el año 2007 va a llegar a su fin, y no se va a publicar un libro en Santo Domingo, que me cause tanta empatía, tanta diversión y tanta alegría como Helados que el tiempo derritió de Jimmy Hungría. Es una pena que tan sólo existan treinta ejemplares de dicho libro. Espero que en lo adelante se edite el libro con una tirada más sustanciosa de ejemplares. La verdad es que vale la pena.