jueves, 30 de noviembre de 2006

The Departed




1
Hay una escena en la película The Departed que me fascina. Al tiempo que el personaje que interpreta Leonardo Di Caprio pasea en un carro junto a un drug dealer por las calles de Boston, se oye estruendosamente la canción I'm Shipping Up To Boston del fabuloso grupo bostoniano Dropkick Murphys. Se escuchan por supuesto los acordeones, las estridentes guitarras y la ronca voz de Al Barr.


2
I'm Shipping Up To Boston está basada en un poema del gran Woody Guthrie. De los Dropkick Murphys tengo la versión que ellos hicieron de Whisky in the jar y de la canción tradicional que inspiró el libro de James Joyce, Finnegan´s Wake. Cuando los Dropkick Murphys tocan en vivo, el público borracho y drogado corea todas sus canciones.

3
Finnegan's Wake es una canción sobre el velorio de Tim Finnegan después que éste borracho se cayera de la escalera y se rompiera el cráneo. Durante el velorio, alguien derrama whisky sobre el cuerpo de Tim Finnegan y este se levanta de su ataúd a cantar y bailar. El coro de la canción dice:

Whack fol the dah now dance to yer partner
around the floor yer trotters shake
Wasn't it the truth I told you?
Lots of fun at Finnegan's Wake


4
Hay una canción de Dropkick Murphys que se llama beer beer beer. La verdad es que todas tienen que ver con cerveza. Me acuerdo de un St Patrick's day en Chicago, que salí por las calles y que por Belmont y North la gente estaba borracha, mujeres vomitando en las aceras y gente eructando y coreando las etílicas canciones. Recuerdo bien claro a la gente peleando. Recuerdo la cerveza verde que vendían en el bar de la esquina y recuerdo a Alexei Kolejov criticando a los Irish.

5
También recuerdo una vez que andaba con un amigo mexicano y que entramos a un bar irlandes a bebernos unas cervezas y a ligar con mujeres. Cuando entramos, los ebrios y los sobrios del bar, se quedaron mirándonos. La bartender nos preguntó qué queríamos. Yo pedí una Guinness. Mi amigo mexicano pidió una Corona. La bartender poniéndose las manos en la cintura, le dijo que se había equivocado de bar.


6
Bono, en una entrevista de los noventa que le hicieron en la azotea de un edificio, dijo que los irlandeses eran como los lationamericanos de Europa. Dijo que eso se debía al catolicismo y al ... clima. El reportero le advirtió la diferencia de los climas entre las regiones. Bono se puso a meditar.

7
Cuando Giselle fue a Dublin, hizo el recorrido que hacen los turistas durante el Bloomsday entre la neblina. Se la pasó de pub en pub. En uno, entró y
comió la comida típica del Ulises: riñones con sabor a pipi. Se bebió dos Guinnes y se embarrachó. Y borracha, siguió caminando por las calles con los ojos cerrados, cruzándolas, como todos los borrachos, siguiendo el sonido de los semáforos para ciegos.

8
Un bartender le mostró la jarra de cerveza que pertenece a Seamus Heaney.

9
A los dieciocho años, m
i profesora de frances fue a Dublin. Era estudiante de intercambio y se estaba quedando en un pueblecito vecino y llegó a la ciudad pidiendo bolas a un lado de la carretera. La montaron dos muchachos en una camioneta destartalada. Durante todo el camino hablaron de una turista que habían encontrado descuartizada la semana anterior. La profesora volvió a respirar normal cuando la dejaron a la entrada de la ciudad.

10
En las casi dos horas de
The Departed, por más que busqué, no encontré a Martin Scorcese, que le encanta deambular como personaje extra en sus películas. The departed es un remake de una película taiwanesa que se llama
Infernal Affairs. No entiendo por qué la gente ha criticado tanto a Scorcese por hacer el remake, ya que lo que a él y a sus fans les interesa es la manera en que retrata a los irlandeses en esta película. Al parecer mucha gente no entiende todavía lo que a Scorcesse le interesa hacer con sus filmes.

11
Hace como ocho años, había ido con mi papá a visitar unos amigos en San Cristobal. Nos sentamos frente al parque, en una terraza, a beber cerveza. Le había dicho a un amigo de uno de los amigos de mi papá, que escribía y que me interesaba mucho la poesía. "¿
Te gusta Yeats?", me preguntó. "Claro", respondí (por supuesto no lo había leído) "¿Te gusta Oscar Wilde?", preguntó. "Claro", respondí ( a ese sí lo había leído) El empezó a hablar de poesía irlandesa y de literatura en general hasta que en un momento se interrumpió, hizo una seña para que aguardara, y se marchó por unos minutos. Al retornar, me trajo un volumen de una antología de poesía irlandesa de finales del siglo XIX. Me la dedicó y me la puso entre las manos. Me contó que había vivido durante quince años en Dublin, Irlanda. El volumen pertenecía a su ex mujer que era una profesora irlandesa de secundaria y de la que se había divorciado hacía poco. A medida que íbamos vaciando botellas de cervezas, el amigo del amigo de mi papá, me contó que se habían separado por culpa de la bebida. Más adelante, reflexionó que no podía estar con una mujer que bebiera más que él. Contaba que iban de pub en pub, y que al tercer pub que ingresaban él ya estaba borracho, mientras ella estaba igualita y se encargaba de limpiarlo cuando se vomitaba encima o de llevarlo cargado por las calles y las escaleras. Durante todo el tiempo que duró el matrimonio, se la pasaron compitiendo a ver quién era el que más bebía, hasta que él no pudo más y decidió presentarle el divorcio. "No he vuelto a saber de ella desde entonces", dijo apurando una cerveza más.