sábado, 8 de julio de 2006

Un drama de caza de Antón Chéjov


El sábado, buscando entre los estantes de la librería Mateca, encontré Un Drama de Caza de Antón Chéjov. El volumen fue editado por Alianza Editorial en la tradución del genial Sergio Pitol. Se trata de la primera novela de Chéjov, escrita cuando el autor contaba con apenas veinticuatro años y se había decidido a abandonar su carrera de médico por la de escritor. La trama de la novela es la siguiente. Antón Chéjov que trabaja de editor de una revista, se encuentra en su despacho una mañana de abril. Su ayudante le anuncia la visita de un funcionario. Este entra a la oficina, se presenta y le entrega a Chéjov el manuscrito de una novela policíaca en que ha estado trabajando y que está basada en hechos reales. El funcionario se llama Iván Petrovich Kamichev. Le explica a Chéjov que es un juez de instrucción y que él mismo es el protagonista del manuscrito, aunque cambió su nombre por decoro y por algunas situaciones en que obró mal y que aparecen retratadas en la novela. Antón Chejóv tira el manuscrito en un cajón y lo lee dos meses luego, cuando se dispone a hacer un viaje. Lo lee en el tren y algo lo atrae. Lo lee dos veces más y queda fascinado. Esto hace que uno se rasque la cabeza y piense en el relato sobre el relato que aparece en obras clásicas, como la Odisea, El Quijote, Hamlet, y en muchas obras más, y que hoy en día, conforman en gran parte los textos de Paul Auster y Javier Cercas, entre otros. Antón Chéjov que no fue editor de una revista, en la novela es editor de una revista y presenta el relato que escribió como si fuera de Iván Petrovich Kamichev, aunque la verdad uno nunca sabe.


"¡El marido mató a su mujer! ¡Estúpidos!¡Dame azúcar! ", así empieza el relato del manuscrito. Son los gritos del loro de Iván Petrovich Kamichev y esos gritos van a perdurar a lo largo del relato. El relato del manuscrito está escrito en primera persona. Las modificaciones que el editor Chéjov realiza, son explicadas y señaladas en las notas que éste va colocando capítulo tras capítulo. Estas notas crean también un efecto de irrealidad, de que la historia que está contando Kamichev es otra y de que esta novela que leemos es falsa y de que estamos leyendo un relato escrito por una persona que miente y omite pasajes a su antojo. Esto último hace que leamos entre líneas, que nos aboquemos a una historia secreta que se va escribiendo en el subconsciente. Con este recurso Chéjov induce al lector a que forme parte de manera directa en la novela, aprovechando de esa manera, una técnica que le permite deshacerse de moralejas, de pasajes redundantes y reiterativos, de cansones monólogos interiores, de descripciones que no vienen al caso, presentándonos una trama que a medida que se va desenvolviendo nos va mostrando su sombra. A primera vista, se puede decir que la novela pertenece al género de novela criminalista que aparentemente, durante esos años, estaba de moda en Rusia. Esas novelas por las que Dostoievski se amarraba en sus sillas a escribir noche tras noche y que por esos años se extendían como una plaga por toda Europa.

Hay un párrafo que escribe Chéjov como el personaje Antón Chéjov, antes de presentar el manuscrito que retrata la manera en que él se veía como escritor joven. Es el siguiente. "Esta novela no tiene nada de notable. Algunos pasajes son muy largos y la narración es muy desigual. El autor recurre demasiado a frases efectistas. Es evidente que escribe por primera vez y que su pluma no es muy diestra. Pero el relato se deja leer con facilidad. Tiene una trama, un sentido oculto, y, lo que es más importante, es original, muy característico, y por ciertas razones, sui generis. Con todos sus defectos, tiene algunos valores literarios. Vale la pena leerlo. Helo aquí."