1.Porque
cuando uno termina de leer el libro te entran las ganas de volver al
principio y empezar a leerlo de nuevo.
2. Porque uno puede
quedarse mirando la portada con la ilustración de Egon Schiele, donde se ve un hombre trajeado que aparenta tener hepatitis,
cruzando un brazo y extendiendo el otro fuera de la portada, como si
fuera una especie de portero o bouncer literario, que en vez de cerrarte
el paso, dijera en cambio: pasa adelante.
3. Porque en estos
cuentos no existe otra pretensión que narrar historias. Enviándole
por email una serie de preguntas a Javier, intenté inducirlo
a que dijera lo contrario, pero fue inútil. Entre otras cosas,
dijo: El objetivo, alcanzado o no, de este libro era escribir una
serie de textos alrededor de las pérdidas. Pérdidas concretas,
más que todo, de personas y cosas. Perderse o perder algo siempre
implica algún nivel de translocación. Fijar una posición
determina un contexto, pero además sirve de base para ejecutar
la desaparición. Esto a un nivel meramente técnico, formal.
4. Porque los personajes
están abriendo y cerrando puertas. Dan portazos a través
de todo el libro. Así vemos que en Su Vida Perdida,
la personaje principal viaja como si de alguna forma intentara escapar
del útero materno y en alguna parte de su periplo concluye Mi
casa es difícil de encontrar. También, en Lo Definitivo
y Lo Temporal y tal vez en Historia con Fantasma y Subterránea,
los personajes son absorbidos por el aire o por el baño de un
avión o por el tiempo o por la niebla. De igual manera es importante
señalar las referencias al paso del tiempo, a la imposición
de una realidad por el medio circundante como en Dingo, o el
temor a perder la memoria; los traumas causados por el ciclo vital y
por el desplazamiento, que nos lleva a pensar en el personaje de Lost
& Found, que para no olvidar recurre a transcribirlo todo en
cuadernos, e igualmente el temor a recordar, como en el estudiante de
No recuerdo Nada, que llega incluso a escindirse en dos para
dejar atrás un episodio trágico de su vida.