miércoles, 23 de enero de 2008

No one belongs here more than you de Miranda July


Si Hillary Clinton consigue que Miranda July le escriba sus discursos de campaña, ¿ganaría esta las primarias? ¿ganaría luego las elecciones presidenciales? Claro que sí. En los Estados Unidos hay millones de Miranda July wannabe's viviendo en trailers y en lofts sin muebles sin nada mejor que hacer que pintarse las uñas de los pies de colores diferentes.

De Miranda July sé que Rick Moody la incentivó y le dio buenos consejos de escritura cuando era mucho más joven. Aparece en un video en cámara lenta de Blonde Redhead. También recuerdo su película que vi dos veces en el cine y de la que Giselle compró el DVD y que he vuelto a ver tres veces más. Creo que la vi una vez en la TV.

El libro salió el año pasado. Le escribí a Paul que fuera a la puesta en circulación, este llamó para reservar y le informaron que todos los tickets estaban vendidos, pero Paul fue de todas formas y se quedó afuera en la lluvia esperando frente al establecimiento. Pegó la oreja a la puerta de acceso sin oir nada. Así que se fue. El libro lo presentó David Byrne. Este dice en la contraportada del libro que Miranda July es a veces seductora, a veces erótica, y también, un poquito rara.

Ahora los cuentos que más me gustaron.
- The Shared Patio. Este va de un coreano epiléptico y un misterioso romance.
- The Swim Team. Acerca de cómo uno puede practicar natación sin piscina.
- Majesty. Una hermana que llama a su otra hermana por teléfono para que esta se masturbe mientras le cuenta cosas.
- The boy from Lam Kien. ¿Pedofilia?
- The Sister. Un tipo que cae en la treta de un homosexual mitómano.
- Something that needs Nothing. Dos lesbianas adolescentes viajan a Portland para acostarse con una vieja que les da dinero. Una trabaja en una tienda llamada Mr. Peeps Adult Video Store and More, donde los hombres pagan veinte dólares para verla encuera en una caseta y jugando con dildos y grasa. Algo así como el video de Madonna aquel de los ochenta. Un tipo la empieza a acosar a la salida hasta que ella decide renunciar.

Etcétera.

Miranda July hace sentir al lector como si estuviera dentro de una lavadora.

Hasta hay veces que protagonizamos cuentos de Miranda July.
Esta semana me pasó tres veces. La primera, cuando cenando en el Wendy's, conversábamos sobre el blog de un tipo que le toma fotos a mujeres enyesadas y que sueña con encontrarse con una mujer con un yeso rosado e invitarla a salir. La segunda en que bajaba sudado las escaleras del gimnasio y me le pegué de maldad a una muchacha con maquillaje que subía hablando por celular y que pegó un grito al dejarla toda mojada y pegajoza. La tercera cuando le regalé de cumpleaños a Miguel, The Da Vinci Load, una excelente película porno.