domingo, 15 de julio de 2007

Borges de Adolfo Bioy Casares(1)

Lunes, 25 de julio de 1947. Anoche Borges dio una excelente conferencia sobre Swedenborg. Después conversamos un rato - Borges, Estela canto, Marta Mosquera, Wilcock, Silvina y yo - en un café de la calle Santa Fe, entre Libertad y Cerrito. Referí, como tantas veces, el apócrifo origen bestial de los apodos el gallo y el pollo. Borges contó el caso del comisario Bertoni. Se decía que hombres como el comisario Bertoni se habían acabado, que ya no habría más funcionarios con ese sentido del deber, de la justicia y de la responsabilidad. Una anécdota ilustraba estas prendas del comisario. Junto a la comisaría había un baldío y allá pastaba una potranca la que le había echado el ojo un muchacho del barrio,"un mozo pierna". Una madrugada, en la seguridad de que no habría nadie, el mozo se le acercó sigilosamente, la volteó y se la cogió. Bertoni, que no era sonso y que estaba en todo, había maliciado las intenciones del joven vecino y esa mañana había madrugado más de lo habitual. Desde el alero de la comisaría, donde mateaba, vigilaba el potrerito. En el momento oportuno se apareció en el lugar del hecho y sorprendió al mozo. Con aquel sentido del deber y de la responsabilidad que ya no volverá a verse, le dijo al mozo: "Bájate los pantalones", y ahí nomás le rompió el culo. Borges recordó riendo que también en la biblia se dice que hay que matar con la misma arma a la persona y al animal.
Página 39. Borges de Adolfo Bioy Casares.